MENTAL vs. ARS MAGNA
DE LLULL

“Un proyecto de hermenéutica espiritual con proyección universal” (Amador Vega)

“Un sistema relacional de conceptos de carácter universal” (Tomás le Myésier)



El Ars Magna de Ramon Llull

Ramon Llull −en español, Raimundo Lulio; en latín, Raimundus Lullus; en inglés, Raymond Lully− fue un personaje polifacético y universalista. Fue escritor prolífico, poeta, cabalista, divulgador científico, misionero, filósofo, teólogo, monje franciscano, místico y alquimista. Una de las figuras más importantes de la Edad Media, hoy está considerado como uno de los pensadores más influyentes de la historia. Se le conocía como Doctor Iluminatus (Doctor iluminado) y Doctor Inspiratus (Doctor Inspirado). Nació en Mallorca (en 1232 o 1235), poco después de la conquista de la isla por Jaime I. Su juventud fue bastante mundana, pero hacia los 30 años tuvo una experiencia mística que le hizo cambiar radicalmente, lanzándose a predicar el cristianismo entre los infieles.

Llull pensó que la mejor manera de difundir sus creencias era escribir un libro que incluyera un método orientado a demostrar racionalmente los artículos de la fe. Es en lo alto de la montaña de Randa (en el centro de la isla de Mallorca) donde se le revela la forma y manera de escribir el libro. Llull quería escribir “el mejor libro del mundo”, un libro que sirviera para encontrar las “razones necesarias” para convencer a los infieles demostrando la verdad de una manera clara y diáfana, y para unificar las religiones cristiana, judía y musulmana. Para ello, buscó las nociones primarias, esenciales y elementales que fueran comunes a dichas religiones monoteístas. Aunque su intención inicial era la demostración rigurosa de las verdades de la fe, su objetivo se amplió considerablemente para abarcar los principios esenciales de la filosofía y de todas las ciencias, con el objetivo de “conocer la verdad de todas las cosas”.

Llull dejó una obra extensa en catalán, latín y árabe (tiene 280 obras reconocidas). Al modernizar el catalán popular, se le considera el creador de la verdadera prosa literaria en este idioma. Fue declarado beato. Su fiesta se celebra el 27 de Noviembre.


La evolución del método

Llull desarrolló su método, denominado “Ars Magna”, “Gran Arte”, “Arte Mayor”, “Arte General” y “Arte Combinatorio”. Realizó varias versiones mejoradas a lo largo de más de 30 años, resultado de un proceso de maduración progresiva de sus ideas. Excesivamente complejo al principio, lo fue simplificando progresivamente. Su método se expone sucesivamente en "Ars compendioso inveniendi veritatem" (1274), "Ars demostrativa" (1283-1289), "Ars scientiae" (1295), "Ars brevis" (1308) y "Ars generalis ultima" (1308). Aparte de estas obras dedicadas al método en sí, gran parte de su obra gira en torno a su método, que consideraba de una gran importancia.


Los principios y las reglas

Llull, para buscar la verdad, se apoyó en dos ideas clave:
  1. Estaba convencido de que toda la realidad se podría explicar sobre la base de unos pocos y simples principios y que combinándolos exahustivamente se podrían explorar todas las posibles formas o estructuras de la verdad y así lograr el conocimiento universal.

  2. Creía en la existencia de un reino de universales, cuyas manifestaciones daban lugar a lo particular o accidental, en las semejanzas o analogías entre las cosas terrenales y las realidades divinas. La filosofía –decía– depende de la teología.
Para ello, estableció 18 principios universales: 9 principios absolutos (o dignidades divinas), 9 principios relativos y 9 reglas, todas ellas nombradas con las mismas letras: de la A a la K. Llull excluyó la J para evitar su confusión con la I en sus manuscritos. Reservó la A para darle un papel central (la Unidad Divina), la fuente de los principios absolutos. Las reglas o cuestiones de tipo general estaban orientadas para abarcar todas las preguntas, cuestiones o aspectos que se pudieran formular sobre cualquier cosa.

LetraPrincipios
Absolutos
Principios
Relativos
Reglas
BBondadDiferenciautrum?
¿existe?
CGrandezaConcordanciaquid?
¿qué es?
DEternidadOposiciónde quo?
¿de qué?
EPoderComienzoquare?
¿por qué?
FSabiduríaMedioquantum?
¿cuanto?
GVoluntadFinalquale?
¿qué cualidad?
HVirtudMayoridadquando?
¿cuando?
IVerdadIgualdadubi?
¿donde?
KGloriaMinoridadquo mode?
¿de qué modo?
cum quo?
¿con qué?

Mediante la combinación de estos conceptos (primarios) se lograría fundamentar todos los demás conceptos (secundarios) que pudieran aparecer en cualquier razonamiento para resolver toda clase de cuestiones con rigor lógico. Estos principios no equivalen a las categorías filosóficas, pues éstas se refieren a lo físico y lo metafísico, y el objetivo de Llull era abarcar todo lo real, incluyendo todas las formas de pensamiento: lo actual y lo potencial, lo verdadero y lo falso, lo posible y lo imposible, lo razonable y lo irrazonable, lo lógico y lo contradictorio.

Llull no se apoyó en ningún dogma, pues pensaba que la razón era suficiente para alcanzar la verdad. Tomás de Aquino, su contemporáneo, distinguía entre las verdades naturales (las que podían ser establecidas por la razón) y las verdades de la teología (basadas en la fe y la revelación). Llull no creía en tal distinción; creía que todas las verdades de la fe se podían demostrar mediante argumentos irrefutables.


Lo sensible y lo inteligible

Para la unificación de los aspectos religiosos o teológicos junto con lo filosófico y lo científico o lógico, Llull también se apoyó en dos conceptos, que denominó los aspectos sensible e inteligible de la realidad: Según Llull, entre estos dos extremos se encuentran todas las escalas de la realidad: desde lo particular (lo sensible) hasta lo general y universal (lo inteligible). En "De Ascensu et Descensu Intellectus" (1304), Llull expone su método “escalar” o de las escalas de conocimiento por las que se puede subir o bajar. Se sube cuando se pasa de lo sensible a lo inteligible (de lo particular a lo general) y se baja cuando se recorre el camino opuesto.

Para Llull, la imaginación es la que tiene que actuar como mediadora o puente entre lo sensible e inteligible, para unir ambos aspectos, en una “coincidentia oppositorum” (para Llull, la cruz, como “axis mundi” es el símbolo de la verdad, el símbolo máximo de contemplación, pues en ella convergen y se concilian los contrarios). Mediante la imaginación podemos intuir las cosas invisibles, pues en las cosas creadas está la huella de la divinidad, y llegar así a la sensibilidad óptima, que es la que más nos aproxima a Dios. Es elevar la sensibilidad (lo particular) hacia la inteligibilidad (lo universal) y de ésta al “intelecto puro”, el conocimiento de Dios. El “conocimiento puro” al que se refiere Llull hoy lo podemos identificar como “conciencia pura”, autoconciencia o conciencia del ser. La metafísica luliana intenta llegar a Dios a partir de las cosas, lo sensible.

Llull creía que el intelecto es suficientemente potente como para conocer toda la realidad. La realidad es inteligible y el entendimiento humano puede alcanzarlo.


Los correlativos

Para Llull, todo contiene tres principios intrínsecos: el sujeto activo, el objeto pasivo y el acto funcional. Es una característica universal, aplicable a todo, por ejemplo: el que ama (amador), el amado y (entre ambos) el amor. Otro ejemplo es: el observador, lo observado y la observación. Es lo que Llull llamó “correlativos”. Preguntar por la esencia de algo es lo mismo que preguntar por sus correlativos.

Hay correlativos esenciales o universales (necesarios) y accidentales o particulares (contingentes).


El acto como elemento unificador

Llull aplica la teoría de los correlativos para fundamentar todos los entes desde la perspectiva del acto, pues la esencia del ser es el acto. En todo acto hay un agente y un paciente. El acto recae en un objeto y es ejecutado por un sujeto, formando acto, objeto y sujeto tres aspectos inseparables y una única esencia. Todo lo que existe, existe por sus actos. La esencia de todo se fundamenta en el acto. Sin actividad ni Dios ni ninguna criatura tendría naturaleza.

El conocimiento para Llull es también un acto. Siempre que conocemos algo, lo conocemos mediante un acto. Las formas físicas y metafísicas, las palabras, los conceptos, etc., todo lo que conocemos son actos. Llull unifica de esta forma todo el conocimiento desde la perspectiva del acto y, desde esta misma perspectiva, unifica el mundo del pensamiento y el mundo de lo real, lo abstracto y lo concreto. Con este método se puede llegar a lo trascendente, a Dios, que es el acto puro de ser, el intelecto puro.

En cada principio universal también confluye una propiedad activa, una propiedad pasiva y el acto que los conecta. Estos tres elementos constituyen juntos la esencia de cada principio. Los principios son reales pues, aunque pueden ser pensados, su ser es activo y son independientes del pensamiento. Los principios absolutos (o dignidades) son activos, pues a través de ellos Dios se conoce a sí mismo. Las dignidades son los principios constitutivos de todos los entes. Por las dignidades todo lo existente se constituye en actividad.


La lógica de las lógicas

Por otra parte, cualquier acto es inteligible y, por consiguiente, lógico. Pero hay muchas lógicas: hay una lógica de los entes físicos, de los metafísicos, de Dios, de los actos humanos, de las palabras, de los nombres, etc.

Llull propone una lógica de “primera intención”, es decir, una lógica para filosofar sobre la verdad divina. En lugar de conectar las ideas en cadenas de causa-efecto, las fundamenta en su origen común. La lógica puramente formal de la razón humana, independiente de la teología, como la lógica aristotélica, es una lógica de “segunda intención” y no forma parte de la Metafísica. La verdadera lógica debe estar al servicio de lo trascendente y ser un instrumento de la fe. La lógica aristotélica es mental. La lógica luliana trasciende el pensamiento, pero tiene también poder deductivo, por lo que, en teoría, incluye la lógica aristotélica.

Para Llull, el Ars es la lógica de todas las lógicas, una lógica de primera intención, una lógica universal que cubre toda la realidad que sirve para descubrir “la verdad real de las cosas”. Es un Logos, una lógica basada en el acto de los entes que abarca todo lo real, pues lo real, al ser acto, es inteligible.

Para Llull, el pensamiento “débil” es el carente de Dios, que siempre proporciona una visión falsa de las cosas al faltarle la verdadera fundamentación. Por lo tanto, la ciencia por la ciencia, el puro cientifismo, solo conduce a la fragmentación y lo que se necesita es una visión unificada de la realidad. Lo real y verdadero es lo divino. Lo demás son manifestaciones particulares o reflejo de lo divino.


Las Figuras

Llull utiliza figuras geométricas y colores como elementos sensibles de ayuda a la imaginación. El uso de figuras circulares por Llull puede tener su origen en la contemplación del cielo en las noches estrelladas de Randa. En cualquier caso, el círculo es un símbolo universal que representa a Dios, la totalidad y la eternidad (pues no tiene ni principio ni fin).


Figura 1

Representa lo absoluto. Es un círculo con una corona en la que hay 9 compartimentos (o “cámaras”) y un eneágono inscrito. Hay una letra A en su centro, y cada cámara contiene una letra, de la B a la K, que representan los 9 principios absolutos, dignidades divinas o atributos esenciales de Dios. Son las “llaves” para que Dios llegue a nuestro intelecto.

Figura 1

Dios es una sola esencia con múltiples atributos. La letra A representa la Unidad Divina en el centro del círculo, centro que se proyecta (se expresa) en la periferia, donde están distribuidos los principios absolutos, los atributos de la esencia divina. Llull creyó que con estos atributos divinos todos los creyentes de las religiones monoteístas estarían de acuerdo, proporcionándole una base firme sobre la que argumentar.

Mediante las combinaciones binarias de los principios absolutos, representadas por las diagonales del eneágono se generan “principios compuestos”, con los cuales se puede obtener “el conocimiento de Dios”. La combinatoria consiste en tomar uno de los principios como sujeto y utilizar cualquier otro como predicado, porque dichos principios absolutos se definen circularmente, son intercambiables (o”mutuamente convertibles”) por ejemplo: La Bondad es grande, La Bondad es eterna, La Bondad es poderosa, La Grandeza es buena, la Grandeza es eterna, etc. Según Llull, esta figura sirve para ayudar al intelecto a discernir entre lo que es convertible y lo que no. Por ejemplo, Dios y Bondad son convertibles, pero en las criaturas los principios son finitos y no se pueden convertir entre sí.

La figura contiene 36 diagonales, que corresponden a las 72 combinaciones binarias posibles, pues cada diagonal se puede recorrer en dos sentidos. En la figura y sus combinaciones están implícitos los silogismos o deducciones automáticas. Por ejemplo, de las premisas “La Bondad es grande” y “La Grandeza es eterna” se deduce que “La Bondad es eterna”, conclusión que también puede obtenerse por combinatoria directa.


Figura 2

Representa lo relativo. Es un círculo que muestra la letra T en el centro, con una corona dividida en 9 cámaras (representadas también con las mismas 9 letras), y en el que aparecen inscritos 3 triángulos, que forman 9 pequeños triángulos externos que corresponden a los principios relativos. Las cámaras y los triángulos establecen relaciones fijas, es decir, esta figura no contempla ninguna combinatoria, pues es solo un artificio visual para recordar mejor las relaciones fijas entre los principios relativos y las cámaras.

Figura 2

Los principios relativos son universales, es decir, son aplicables a todas las cosas. Vienen en triadas. Hay 3 tipos (representados por los 3 triángulos) y son, junto con las cámaras asociadas (que vienen también en triadas), los siguientes:

TriánguloTipoPrincipio RelativoCámaras Asociadas
VerdeLógicoB - DiferenciaSensible-Sensible, Sensible-Inteligible, Inteligible-Inteligible
C - Concordancia
D - Oposición
RojoCuantitativoE - ComienzoCausa, Cantidad, Tiempo
F - MedioConjunción, Medición Extremidad
G - FinalPrivación, Terminación, Perfección
AmarilloSituacionalH - MayoridadSustanci-Sustancia, Sustancia-Accidente, Accidente-Acidente
J - Igualdad
K - Minoridad

Figura 3

Esta figura se compone de las figuras primera y segunda. En ella se consideran todas las posibles combinaciones de las 9 letras, dando lugar a 36 cámaras de dos letras, en donde cada letra se refiere a las dos figuras.

BCCDDEEFFGGHHIIK
BDCEDFEGFHGIHK
BECFDGEHFIGK
BFCGDHEIFK
BGCHDIEK
BHCIDK
BICK
BK

Esta figura indica que cada cámara (p.e, la B) se combina con las otras (C a K) con el objeto de establecer relaciones entre ellas para ver las posibles conexiones entre las mismas.

Una vez realizada la combinatoria, hay que realizar una “evacuación de cámaras”, que consiste en establecer relaciones mediante los principios relativos. Por ejemplo, para la cámara BC (combinación de Bondad y Grandeza), se relacionan (según la Figura 2) por medio de los principios de Diferencia y Concordancia, obteniéndose así 4×3 = 12 propiedades (variaciones de 4 elementos, tomados de 2 en 2):
  1. La Bondad es grande
  2. La Diferencia es grande.
  3. La Bondad es diferente.
  4. La Diferencia es buena.
  5. La Bondad es concordante.
  6. La Diferencia es concordante.
  7. La Grandeza es buena.
  8. La Concordancia es buena.
  9. La Grandeza es diferente.
  10. La Concordancia es diferente.
  11. La Grandeza es concordante.
  12. La Concordancia es grande.
De las 12 propiedades se obtienen, a su vez, 24 cuestiones al aplicarles las reglas correspondientes B (¿existe?) y C (¿qué es?). Por ejemplo: “¿Existe la Bondad diferente? y ¿Qué es una Bondad grande?”. Por lo tanto, la tercera Figura permite 36×12 = 432 proposiciones y 432×2 = 864 cuestiones.


Figura 4

Es la figura clave del Ars y la más famosa. Combina las 3 figuras anteriores y produce la “explosión combinatoria”. Consiste en tres coronas con los mismos 9 elementos (de la B a la K), concéntricas y móviles alrededor del centro común, que producen por combinación tripletas (grupos de 3 elementos). El número total de combinaciones es C9,3 = 84 (combinaciones de 9 elementos tomados de 3 en 3).

Figura 4

Llull transforma las tripletas en cuadrupletas, pues inserta la letra T como separador o delimitador. La parte a la izquierda de la T se refiere a los principios absolutos de la Figura 1, y la parte derecha se refiere a los principios relativos de la Figura 2. Por ejemplo, en la cuadrupleta BCTC, B es Bondad y C Grandeza, mientras la segunda C es Concordancia, cuadripleta que se puede interpretar como “Si la Bondad es Grande (o la Grandeza es Buena), contiene en sí cosas concordantes”.

Cada tripleta genera entonces una columna de 20 combinaciones, que son las combinaciones de 6 elementos tomados de 3 en 3 (C6,3). Los 6 elementos vienen del doble valor de cada letra. Si representamos con mayúsculas los principios absolutos y con minúsculas las relaciones, entonces, por ejemplo, BCTD equivaldría en nuestra notación a BCd. Como hay 84 tripletas, el número total de combinaciones es 84×20 = 1680.

Las cuadripletas se pueden interpretar de muchas maneras, como los símbolos en general, de tal manera que permiten descubrir múltiples posibles significados. Una cierta interpretación puede ser válida, mientras que otra interpretación sería rechazable. También hay combinaciones en el que todas las posibles interpretaciones son rechazables. De la combinatoria solo hay que seleccionar las que corresponden a la “disposición real del cosmos”, es decir, existe una cosmología subyacente que limita las combinaciones válidas. En realidad la combinatoria es un instrumento para comprender, imaginar y descubrir la esencia de las cosas, explorar sus posibles conexiones y facilitar la creación de nuevas ideas, argumentos, relaciones y verdades.


Las reglas
El funcionamiento del Ars Magna

El método de Llull es bastante ambiguo a la hora de de su aplicación. No obstante, existen criterios generales de utilización:
  1. Ante la cosa a investigar, lo primero que hay que hacer es estudiar su actividad propia, pues a través de ella nos adentramos en su esencia. Como en todo acto tiene lugar la conexión sujeto-objeto, estudiar su actividad propia es identificar el sujeto y el objeto.

  2. Combinar el objeto (obtenido del paso anterior) con cada uno de los principios universales (absolutos y relativos) de todas las cosas y utilizar las reglas para: ver si la cosa existe o no, qué tiene de sustancial, para qué existe, etc. El resultado es un objeto de la máxima universalidad (inteligibilidad) posible.

  3. Se realiza lo mismo que en el paso anterior, pero con el sujeto obtenido del primer paso. El resultado es que al sujeto a investigar se le rectifica, limita o condiciona.

  4. Se juntan ambos saberes o conclusiones de los dos pasos anteriores. Y se les vuelven a aplicar las reglas para obtener las conclusiones o resultados definitivos.
El Ars no funciona solo. Es un sistema de apoyo al pensamiento humano, una ayuda para formular preguntas y buscar respuestas o verdades particulares tomando como fundamento las verdades universales. Se trata de contemplar lo particular a la luz de lo universal. El valor completo de un ente se conoce en la medida en que descubrimos las relaciones con el todo. Pero valor, no en sentido psicológico, sino como reflejo de algo superior: de la perfección divina.

Llull recomendaba que el practicante del Ars se pusiera a sí mismo como objeto, para observar desde fuera su acto de conocer, y así eliminar posibles subjetivismos para alcanzar mejor la verdad.


El universalismo del Ars Magna

El rasgo fundamental de LLull fue su pasión por la verdad, verdad que creyó haber encontrado. Estaba convencido de que su sistema era universal, que había encontrado el secreto de la existencia, el fundamento de todo, la clave oculta de la creación, los principios generales o universales de todas las ciencias, la esencia o raíz de la ciencia universal del hombre, de la naturaleza y de Dios, las categorías filosóficas, un sistema de descubrimiento e investigación, un sistema general de interpretación de la realidad visible e invisible, y un instrumento para fundamentar el saber. Por lo tanto, el sistema era aplicable a todos los ámbitos del conocimiento para resolver y aclarar todo tipo de problemas, no solo de teología y metafísica, sino también de cosmología, derecho, medicina, astronomía, geometría y psicología. Y era también un arte de preguntar, de plantear cuestiones y obtener respuestas, sobre múltiples asuntos terrenales y celestiales.

Llull pretendió unir o integrar en un único sistema: Se deduce también de la exposición del arte luliano, que éste se basa en un orden triádico, con el que intenta superar la dualidad: Realmente, el método luliano es una dialéctica universal, pues enseña a formular preguntas y descubrir respuestas sobre todas las cosas.

También se ha sugerido que se pueden establecer relaciones absurdas. Llull también pretendía, como los koans del zen, superar las dualidades, trascender los posibles significados para superarlos y favorecer la imaginación, la experiencia mística y lograr así una consciencia superior. Ejemplos típicos de koans son: “¿Cual es el sonido producido al aplaudir con una sola mano?” y “¿Cual fue tu verdadero rostro antes de nacer?”.


Llull, el pionero

La figura de Llull se ha ido agrandando, y despertando cada vez más interés, con el transcurso del tiempo. Hoy día se le reconoce que fue un pionero en muchos temas, entre ellos:
Ars Magna vs. MENTAL

Existen numerosas analogías entre el Ars Magna y MENTAL:

Adenda

La difusión del Ars Magna

El Ars Magna se difundió por Europa durante los siglos XIV a XVII. Escuelas y discípulos crecieron muy rápidamente, principalmente por el apoyo de los franciscanos. En España los lulistas llegaron a ser tan numerosos como los tomistas. El propio Llull enseñó su método en la Universidad de París, un honor para una persona sin ningún grado académico.

Este sistema universalista atrajo la atención de filósofos, escritores y científicos como Francis Bacon, John Dee, Athanasius Kircher, Pascal, Newton, Leibniz, Nicolás de Cusa, Giordano Bruno, Giovanni Pico della Mirandola, Marsilio Ficino y Hegel. El siglo XVI, en especial, fue cuando hubo más interés en el sistema de Llull. Fue en este contexto cuado se desarrolló su proceso de beatificación. Su canonización se paró por las dudas de la Iglesia Católica respecto a la ortodoxia de algunas de sus ideas, en especial por su idea de diluir la frontera entre lo natural y lo sobrenatural, es decir, por su misticismo racionalista. De hecho, dos papas condenaron formalmente el lulianismo: Gregorio IX y Pablo IV. El papa Pio IX reconoció el culto que se le tributaba como beato en Mallorca y en la orden franciscana. Durante el pontificado de Juan Pablo II se le ratificó el título de beato. Actualmente está abierto su proceso de canonización.


La zairja

A Llull la idea de su Ars parece ser que le vino en forma de una visión mística que tuvo después de un periodo de ayuno y contemplación. Pero también se ha apuntado otro origen menos divino. Parece ser que Llull, en uno de sus múltiples viajes, conoció una especie de “máquina pensante” construida por un grupo de astrólogos árabes, a la que pusieron el nombre de zairja. Este instrumento, era el producto de la idea de que era posible mecanizar el pensamiento para generar ideas de forma mecánica. Se basada en las 28 letras del alfabeto árabe y representaban las 28 clases de ideas, conceptos o categorías de las cosas contempladas por la filosofía árabe. Combinando los valores numéricos asociados a estas categorías, se creaban nuevos pensamientos y nuevas formas de ver las cosas. Entusiasmado con esa idea, Llull se inspiró en ella para construir una versión cristiana de la zairja, pero con un objetivo más ambicioso, al incluir lo religioso o teológico.


Artefactos de inspiración luliana

En “Los Viajes de Gulliver”, de Jonathan Swift, un profesor muestra al héroe de la historia un dispositivo mecánico que genera secuencias de palabras al azar. Cuando tres o cuatro palabras seguidas tenían sentido, se apuntaban en un cuaderno. El profesor decía que la máquina permitía a la persona más ignorante el escribir libros sin esfuerzo sobre filosofía, poesía, derecho, matemáticas y teología. Swift, aunque conocía el Ars de Llull, no menciona su nombre. Este pasaje se considera una parodia de su método.

Otro sistema de inspiración luliana es el Think Tank (tanque de pensamiento). Consiste en una esfera de plástico llena de 13.000 pequeñas piezas rectangulares planas, cada una con una palabra escrita, y una pequeña ventana desde la que se pueden ver algunas de las piezas con sus correspondientes palabras. Rotando la esfera, la ventana muestra nuevas piezas visibles, que corresponden a un conjunto de palabras relacionadas al azar. La idea es generar nuevas asociaciones mentales que ayuden a crear nuevos canales de pensamiento y romper los hábitos de pensamiento “vertical” por otros de pensamiento “lateral” y así favorecer la creatividad. El Think Tank fue inventado por el yugoeslavo Savo Bojicic, que incluye un manual sobre pensamiento lateral.

La técnica de “pensamiento lateral” fue inventada por Edward de Bono. La describe en su obra “New Think: The Use of Lateral Thinking in the generation of new ideas” (1967). Se refiere a una técnica de resolver problemas de forma indirecta, buscando puntos de vista diferentes, no ortodoxos, los que ignora o rechaza normalmente el pensamiento lógico y lineal. El resultado es el desarrollo de la intuición y la creatividad.


Bibliografía